lunes, 29 de agosto de 2011

El pájaro que da cuerda al mundo.

Después de casados vivimos felices, sin preocupaciones. Con todo, yo no podía evitar pensar a veces que en su interior existía un territorio al cual yo no tenía acceso. Por ejemplo, cuando conversábamos, de manera normal o apasionada, a veces enmudecía, súbitamente, sin más. Callaba de repente en mitad de la conversación sin ninguna razón especial (o al menos sin ninguna que yo atinara a descubrir). 
Como si fuera andando por un camino y, de repente, cayera en una trampa. El mutismo no duraba mucho tiempo, pero después, durante unos instantes, ella parecía no estar en realidad allí. Y hasta después de cierto tiempo no volvía a ser ella misma. Mientras escuchaba, me respondía con evasivas '¡Ah, claro!, Tienes razón, Pues quizás'
Poco después de casarnos, cada vez que ella hacía algo de eso le preguntaba: 'Oye, te pasa algo?' Me desconcertaba terriblemente, me preocupaba haber dicho algo que la hubiese herido. Pero Kumiko siempre sonreía y decía sin más: No me pasa nada. Transcurrido el tiempo oportuno, volvía a la normalidad. 





Haruki Murakami
El pájaro que da cuerda al mundo.

miércoles, 10 de agosto de 2011

#25 (Re) 30 Day Challenge

25) Write a letter to someone you miss.



Carta de mí para mi yo perdido:

Recuerdo que te reías por todo, que tu sonrisa iluminaba más que las farolas de la cafetería donde solíamos tomar nuestro granizado de Kiwi. Ahora sólo me lo tomo yo, y ni siquiera soy capaz de terminarme la gominola.
Recuerdo que solíamos pasarnos tardes enteras haciendo fotografías de todo lo que encontrábamos por la calle, llenando el disco duro de ese mini ordenador blanco al que con cariño bautizaste como Ezequiel. El arte se respiraba a tu alrededor, fluía por tus venas y contagiaba a quien se encontraba a menos de diez metros de ti. Eras vida pura, la palabra que te definía era magia, tu piel resplandecía.
Recuerdo que tenías un estilo muy peculiar. No te importaba ponerte una calabaza por sombrero si sólo con eso conseguías llamar la atención de ese chico que tanto te gustaba.
Lo que más me gustaba de ti era que eras capaz de inventar una historia a partir de una jarra de agua. Creabas universos infinitos con tus pensamientos, en cada pestañeo nacía un nuevo personaje, en cada suspiro, una nueva situación, y tecleando conseguías plasmar todo lo que sentías.
Hasta que un día vino alguien y se llevó todo tu poder. Como quien le arranca el cuerno a un unicornio un día despertaste con un enorme agujero en el pecho. Un vacío, al igual que Nakata, tan sólo proyectabas la mitad de tu sombra, eras una persona hueca porque alguien se había llevado tu esencia.
Sinceramente, espero que estés donde estés te hayas ido a buscarla, y no vuelvas hasta que la hayas encontrado. Mientras tanto yo me comprometo a seguir respirando por ti, seré tu cordón umbilical hasta que cumplas con tu cometido y regreses, pero no tardes mucho porque se me está olvidando como eras.



+ Hoy me mudo