jueves, 26 de agosto de 2010

Chicas que... Recopilación.

 La chica que bailaba al son de la música jazz.
Llegó el gran día. Lara, se encontraba nerviosa. Llevaba puesto el vestido azul que le tejió su abuela, su favorito.
Se hallaba en un gran escenario, de repente los focos se encendieron, los cuales dieron paso a la música.
Lara se sentía como pez en el agua... notaba que sus pies se movían solos, como por arte de magia. Miles de personas estaban atentos a sus pasos, a sus movimientos. No se escuchaba nada, solamente millones de notas que corrían por el teatro. - 'El último paso...- pensó. Salto y dio un gran giro, en ese instante todos los espectadoras aplaudieron a la vez.
Stayaway


La chica que miraba la luz de las farolas.
Allí estaba ella, vagando como un barquito de papel a la deriva por las calles de su ciudad. Flotando, perdiéndose entre las mil y una ideas que atropellaban su mente. La lluvia resbalaba sobre su piel pero a ella no le importaba aunque eso significara terminar calada hasta los huesos. Absorta, caminó entre las callejuelas y se paró en una esquina, junto a una de las farolas. Ancló la mirada en su luz entornando los ojos para no deslumbrarse. Las gotas de lluvia le parecieron bailarines danzando en mitad de la noche a ritmo de jazz. Se le abrió un mundo en ese instante, la risa se le escapó de la boca, se descalzó, y con sus pies desnudos chapoteó entre los charcos dejándose llevar como poseída por un incontenible deseo de bailar, de girar y girar sin parar. Y entre pirueta y pirueta, le buscó a él. Vio su sonrisa dibujada en el cráter de la luna y quiso, alzando su mano, tocar y sentir su tacto. Saltó y saltó cada vez más alto tratando de alcanzarlo, pero no pudo. Envidió a las estrellas por brillar a su vera en lo alto y quiso ser una de ellas. Rebuscó entre sus bolsillos, encontró papel y lápiz. Rompió el papel en pequeños trozos, y en cada uno de ellos escribió palabras de amor. Los dobló y los juntó entre sus manos, y mirando al cielo, sopló con todas sus fuerzas.
Los pequeños trozos de papel ascendieron dispersándose en la oscuridad de la noche. Algunos se perdieron arrastrados por la fuerza del viento, otros, descendieron lentamente hasta el suelo para acabar deshaciéndose en los charcos.
Suena Three O'clock Blues.
Empapada y triste volvió junto a sus zapatos, y en el interior de uno de ellos encontró un trozo de papel intacto con una única palabra “volveré”.
La luz de la farola parpadeó 3 veces y se apagó. A continuación se apagaron todas las luces de la calle, y después, las de la ciudad entera.
La luna había descendido ligeramente pero brillaba con todo su esplendor en el firmamento, concentrando su haz de luz en solo punto…
En ella.
Xurxo


La chica que escribía en trozos de papel
Ella transitaba sin rumbo fijo por una calle adoquinada donde sus pisadas resonaban en ese atardecer anaranjado y lleno de niebla.
Al final de la misma, se encontraba un puente antiguo con figuras romanas, y una luz muy tenue.
Podía regresar a casa por otro camino más corto, pero siempre le gustaba pasar por ahí sino tenía mucha prisa, ya que esa calle y puente le causaban extrañas sensaciones como de haberlos pisado en otra época, quizás con un carruaje, quizás era la edad media.. No lo sabía, pero no solo le resultaba familiar de otras vidas sino que le parecía un lugar súper romántico, y la niebla e ese día hacía que de igual manera, tuviera cierto misterio, una mística, que aún la enamoraba más.
Bajo el puente existía una riera por la cual ya no corría el agua, de hecho, ella nunca había recordado que la hubiera, y cuando estaba a mitad del puente, siempre se paraba, sacaba un papelito y lo lanzaba. ¿Por qué lo hacía? no lo sabía, pero era como si aún existiera el agua y pudiera transportar sus frases al mar, donde nadarían libres, quizás hasta las manos de un ser especial.
Ese día había elegido bajar a la riera, y pasear por donde una vez las aguas cristalinas transportaron sueños, vida, y juegos.
Llevaba media hora ya paseando cuando le llamo poderosamente la atención algo bastante inusual. Al lado de la riera . lo que antes hubiera sido la orilla, había una casa con lindos cuadros en la entrada, como si estuvieran expuestos.
Se acercó llena de curiosidad, y se encontró enseguida bajo un porche que estaba lleno de ramas de vid, bajo el cual posaban los cuadros, una mesa de madera bastante vieja, y dos mecedoras encaradas hacia el horizonte.
Los cuadros tenían magnetismo, era como si te invitaran a entrar en ellos. Sin saber por qué motivo se emocionó.
Mientras ella estaba alucinada mirando los cuadros, había salido de la casa una mujer, que rondaría sobre los 40 años, morena, y con unas expresiones muy dulces en su cara, aunque al mismo tiempo, se le veía que debía ser una mujer fuerte.
_Hola,-le dijo- Puedo ayudarla en algo.
-No solo miraba los cuadros, son preciosos.
-Sí, lo son- dijo la señora amablemente y con una sonrisa en su cara.
-Son suyos? De dónde son esos paisajes? Quienes son los seres que hay en el cuadro?
-Sí son míos-dijo la señora riendo, los paisajes existen en la imaginación de alguien, y los seres solo son deseos de amor lanzados al viento en pequeñas hojas de papel. Si les das la vuelta, cada cuadro tiene detrás una frase.
Ella se quedó petrificada, había personas que lanzaban igual que ella mensajes a la nada?
Giró el cuadro que más le había llamado la atención y tras él había un trocito de papel enganchado que decía: “ Hay un proverbio árabe que dice Es mejor encender una luz que maldecir la oscuridad… solo lanzo este papel al universo para que me ayude a encender siempre luces que dibujen sonrisas en mi cara y en las caras de quienes me rodean”.
Con la boca abierta, miró de nuevo la imagen dibujada, en el centro, había algo etéreo que bien podía ser algo así como el alma de un ser humano, caminando sobre un mar oscuro y en el horizonte miles de luces le indicaban por donde debía seguir su camino…
Le resbalaron lágrimas por sus mejillas, esas frases eran sus deseos, que no habían llegado a un mar real, pero ese mar, era tan bello y esperanzador, esas luces tan brillantes y preciosas que sabía que de alguna manera se sintió participe de esos cuadros. Entonces dijo de forma entrecortada:
-Yo lancé estas frases al viento, uno por semana, a veces dos. Sé que es una tontería, no sé con que fin lo hice, si era esperanza, deseos, una forma diferente de rezar o soñar. Y siempre pensé que el viento los perdería por Glenn lugar, que no tendrían un fin concreto.
-Yo no sé expresarme bien, y quizás el fin era poner palabras a imágenes que estaban en mi cabeza pero que sin esas frases jamás habría podido sacar de ella.
-No sé si mis deseos se cumplirán, pero estoy contenta. Y una sonrisa empezó a dibujarse en su cara, mientras de forma contagiosa la mujer también sonreía, y en voz muy dulce le dijo a la chica que lanzaba los deseos al aire.
-Ahora mismo ya se está cumpliendo uno.
Sombra misteriosa



 La chica que bailaba al son de la música jazz
La chica que está bailando al son de la música jazz vive tres calles más abajo. Sé que baila jazz por cómo se mueve y porque alguna vez la he escuchado tararear a ritmo de saxo. No entiendo por qué odia su vida. Eso suele gritar cuando se pelea con él por teléfono, que es muy a menudo. Pero luego se pasa las noches mirando la luz de las farolas esperando que alguna se apague y la pantalla de su móvil se encienda. ¿Sabes? Creo que, en el fondo, esta chica sigue profundamente enamorada. Pero no de él. Si no de aquel que cada noche la hace soñar que es la estrella que más brilla en el firmamento porque sabe que esa es la única manera que tiene de volver a estar cerca de él. Allí arriba, en su cielo. Una vez me choqué con un trozo de papel de libreta. Venía volando desde la ventana del dormitorio de la chica que baila al son de la música jazz. Sonaba What a wonderful world. Cuando tú estabas en él. Y no pude seguir leyendo. Me puse a llorar.
Zauberei










¡Gracias a todos por escribir cosas tan bonitas!

2 comentarios:

  1. Todas las historias son preciosas. ¡Enhorabuena a cada uno!


    Gracias a tí, F.Life* por abrirnos la puerta hacia la imaginación =)

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  2. http://ena4.wordpress.com/2008/11/22/el-puente-adoquinado/ el link que te prometí.

    Faltas, te digo...

    que sabía que de alguna manera se sintió participe de esos cuadros... muy mal, sería correcto "que se sintió que de alguna manera era partícipe de esos cuadros"

    Glenn lugar... jajaja, por algún lugar jajaja quería poner, pero mira por donde me ha gustado eso de Glenn y alguna historia haré que salga algún Glenn jajajaa..

    En fin pensaba que estaría peor porque es un rollo eso de no poder ir viendo lo que escribes o borras... así que solo eso está mal en cuanto a lo que quería poner, porque también me he dado cuenta que he puesto varias comas donde no debía de haber nada... en fin....


    Apa la tuya no sigue, y así no puedo saber lo que dice sniff sniff...

    en fin, si lees mi puente adoquinado espero que te guste, lleva algo de enseñanza también aunque es algo estraño.

    Besines

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