domingo, 22 de agosto de 2010

Creo que si no paramos de besarnos, el mundo va a estallar.



Te beso, e inmediatamente después vienen a mi cabeza un aluvión de preguntas. ¿Cómo  puede la gente seguir con su vida cotidiana? ¿Cómo van a comprar el pan? ¿Cómo pueden bajar de la nube en la que se sumergen? ¿Cómo pueden separarse? ¿O dejar de verse? ¿O seguir con sus vidas en separado? ¿Cómo continúa la vida cuando pasan estas cosas?

-Dios… -susurra mientras me pasa la mano por la nuca y lleva mis labios hacia los suyos-. Esta vez vamos a dejar que estalle todo este puto mundo.
Y eso hacemos.


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