- You can't cancel Quidditch. (SPOILER)

Ya lo dice el Gif, el tiempo ha pasado muy deprisa. Parece que fue ayer cuando fue al cine con mis padres y por casualidad nos metimos a ver 'Harry Potter y la Piedra Filosofal'. En esos momentos yo ya había leído hasta el tercer libro, y no es que me gustara demasiado (yo tenía diez años cuando los leí) Pero cuando terminé de ver la película, cuando me asusté tanto con el profesor que tenía dos caras y ese perro con tres cabezas, vi que los chicos eran como yo, comencé a pillarle el gusto y me volví a leer todos los libros que tenía por casa, hasta reservé el cuarto!

En cierta forma, si comencé a escribir fantasía fue por el influjo que me dió la saga. Pensaba que la magia existía de verdad y que cuando cumpliera once años me mandarían la famosa carta de Howarts invitándome a formar parte de la historia.

Pasó un año, y recuerdo que mi tia le dijo a mi primo, un año menor que yo, que me habían mandado la carta y que me iba al colegio en un mes. Eso le desmoralizó tanto que me llamaba todos los días para ver si me había ido, y tenía envidia porque a él aun le quedaba un año para poder ir. 

Mis personajes favoritos... Ante todo, Sirius Black. No por el protagonismo que tiene en los libros (poco para mi gusto) si no porque hay personajes que se cuelan muy dentro y no parece que salgan nunca, por poco que pienses en ellos, pues para mí el señor Black es uno de ellos. Bellatrix Lestrange también, para qué negarlo, porque tiene una maldad mezclada con locura que hace que desees conocerla sólo para saber hasta dónde va a llegar.

Por último, elegiría a Harry, a Ron o a Hermione, que son los que realmente me han acompañado en mi etapa de crecimiento, pero me quedo con Luna Lovengood. Luna la lunática. Luna la del pelo casi por los tobillos y esos ojos grandes de unicornio. Es tan extraña, vive tan segura de sí misma que no le importa decir lo que piensa en ningún momento, aunque por ello le roben los zapatos o sea el hazmerreir del colegio de magia. Es un personaje que no teme a la muerte, es valiente y siempre tiene ideas muy ocurrentes, aunque en un primer momento parezcan ridículas. Al contrario de lo que dice la gente, no está loca.

Lo cierto es que no me esperaba menos de esta última película. Cerraba la saga y se jugaba muchísimo, y en mi opinión el director ha sabido exactamente qué contenido poner, cómo ponerlo y de la forma más emotiva. Me ha hecho vibrar desde el primer segundo y contener las lágrimas hasta el final. 

Una de las cosas que más me gusta de las películas son los decorados. A la hora de ver una película siempre presto mucha atención en eso, ya que son los pequeños detalles los que marcan de verdad y te hacen valorar si una película es buena o no. Desde el principio, las escenas de Harry Potter son de las mejores que he visto. Tanto la iluminación como la fotografía destacan por el buen papel que hacen, y muchas veces salvan alguna que otra escena. Pero sobre todo, en esta última película, la casa de la playa de los Weasley me ha parecido una monada, super londinense, super retro, como yo quisiera que fuera una casa de la playa. Los sofás, las cortinas, el color de los muebles, casi hacía que pudieras oler el mar.

Y qué decir del castillo... Mientras se destruía un sentimiento de pena se iba apoderando de mí... El castillo ansiado, el castillo en el que todos querríamos haber vivido nuestros años de escolarización, ese castillo con escaleras que se mueven, con señores que pasan de cuadro en cuadro tal vez porque han quedado para tomar el te, con habitaciones que desaparecen, objetos mágicos raros hasta para ellos, seres que no existen ni en la peor de las pesadillas... pero también salas comunes donde forjar amistades duraderas, dormitorios compartidos (siempre me han dado miedo) y sobre todo, ese comedor donde, si mirabas arriba, podías ver el cielo!

 

(De pequeña siempre dibujaba el interior de la casa de Hagrid)

 

Han sido tantos momentos al lado de Harry, Ron, Hermione, Dumbledore, Snape y todos los demás, que se me va a hacer raro no volver a verles más. No voy a hacer una crítica negativa, porque creo que para nada se lo merece, ya que han sido tantos momentos, tantas sensaciones las que hemos vivido juntos que no hay nada que poder decir, todo suple los pequeños deslices. Las pesadillas con Lord Voldemort son contrarrestadas por los largos partidos de Quidditch que he jugado en mis sueños, intentando alcanzar la snitch dorada. Durante toda esta entrada he tenido una sonrisa en los labios, y un sentimiento muy profundo, de verdad me gustaría pedir que siguieran con la saga, pero me parece que dejarla así es como mejor lo han hecho, repito, no puedo decir nada malo.

¿Quién no ha deseado alguna vez que existiera la magia?